domingo, 8 de agosto de 2010

La ciencia política de espaldas a los medios

La semana pasada expuse en el V Congreso Latinoamericano de Ciencia Política. Siempre es así en mi blog, como muy pronto, aludo a algo que sucedió "la semana pasada" y esto no solo por las muchas actividades que tengo, además de escribir (una de las que más me gratifica y una de las más necesarias, sin embargo), sino también por la idea que yo tengo del aporte que puede hacer un blog académico, sobre lo cual ya he escrito más de una vez. En tiempos de "microblogging", este delay -que podría dar tiempo a la llegad de una idea algo más sustanciosa-es como una forma de resistencia cultural (o de una forma cultural de la percepción del tiempo).

Al tema. Muy bien organizado por ALACIP (Asociación Latinoamericana de Ciencia Política) en la UCA y UADE, el evento congregó 1230 ponencias distribuidas en 288 paneles. De estos, los referidos al área temática: "Opinión Pública, Comunicación Política y Comportamiento Electoral", no llegaba al 10 % (9,7 % según hizo saber con exactitud la organización). La mayor parte de las ponencias sobre comunicación se ocuparon del tema electoral, muy pocas del debate público o de la gestión de los gobiernos.

Estuve en dos de esas mesas. En la compartí con Franco Delle Donne (de la Universidad Autónoma de Madrid) y Pablo Cabás (de la Universidad Católica de Cordoba) sí se habló de comunicación política desde una perspectiva insitucional y abarcativa. No solo compartimos la mesa sino también parte de nuestro marco teórico, del que da cuenta parcial La construcción del consenso. Gestión de la comunicación gubernamental, escrito por Luciano Elizalde, por Mario Riorda y por mí. La otra mesa en la que estuve (y alguna otra ponencia que leí) me parecieron rigurosas desde el punto de vista metodológico pero abordando el aspecto comunicacional de la política desde paradigmas teóricos desactualizados: en términos de efectos, de comprobación de la dirección y la intensidad de la influencia de los medios de comunicación sobre la población. Yo hablé del uso social de la información que hacen los nuevos públicos.

En épocas en que los políticos discuten con los periodistas por
Twitter, en el que el Poder Ejecutivo le hizo tomar conciencia a vastos sectores de la población sobre el poder de las representaciones que hacen circular los medios cuando convierte a las grandes corporaciones mediáticas en su principal enemigo, no deja de sorprenderme la poca atención que le prestan a la mediatización en la ciencia política y la simpleza del marco teórico con el que abordan el fenómeno las pocas veces que lo hacen. Un fenómeno, el de la mediatización, que no se puede desenmadejar si no se tienen en cuenta los factores empresariales, ideológicos, tecnológicos, profesionales, semióticos y sociales que lo sostienen.

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