martes, 3 de agosto de 2010

Análisis del discurso, ¿para qué?

Cuando llega el comienzo de las clases de Análisis del Discurso en la licenciatura, materia que enseño desde hace dieciocho años, me vuelvo a preguntar lo mismo por adentro: ¿para qué le sirve el Análisis del Discurso a alguien que se dedica a la comunicación?

Lo contesto a través del rodeo de responder para qué me ha servido a mí en el último tiempo. Me respondo como sigue. Me sirve para entender al toque que el titular de hoy: "Primera fisura de la Justicia por Macri", con el que
La Nación quiere dar a entender que un voto en disidencia del Tribunal de Casación podría ser el inicio de un cambio de tendencia en los procesos contra el Jefe de Gobierno, es un esfuerzo del diario por generar una determinada expectativa en la audiencia.

Me sirve para encontrar un tema (en el sentido musical), un "ritornello" en las más de 25o hermosas fotos periodísticas que ARGRA exhibió durante el mes de julio en el Palais de Glace. "Calamidades" se podría titular el soundtrack de la muestra, igual que un libro de Garzón Valdes que distingue las calamidades de las catástrofes por la intencionalidad. Efectivamente las fotos muestran un boxeador con la cara desfigurada, un grupo de estudiantes de la FUBA protegiéndose de los proyectiles de la policía, personas despidiendo a los llantos a Alfonsín o a Sandro, la pobreza, la marginalidad, la exclusión. Aún aquello que parece más una catástofe natural que una calamidad (la sequía, la inundación) tiene consecuencias que miradas de cerca se deben a la intervención u omisión de la voluntad política. Considero que algunos de esto íconos se fijan en nuestra memoria como condensaciones de casos periodísticos. Son imágenes a las que volver para evocar una serie de acontecimientos, son señaladores del recuerdo, enlaces entre las noticias y la memoria social.

El análisis del discurso me sirve también para asociar algunas de las poses de las fotos de la exposición
Eros and Order de Robert Mapplethorne en el MALBA con la estetización del exceso erótico, es decir con el proceso por el cual ciertos comportamientos sexualmente heterodoxos terminan resultando más "bellos" que otras conductas más ortodoxas. Una de esas modas que difundió la vanguardia neoyorkina que tan bien parodia Woody Allen en sus películas de los setenta.

En fin, que además de sintetizar algunas de las actividades a las que me he dedicado en mis breves vacaciones de invierno, mis respuestas de este año a la pregunta de siempre me permiten aclararme mejor que el Análisis del Discurso es un método de lectura por el cual se conecta los textos -sean estos artículos periodísticos, fotos, enteras exposiciones-con los temas públicos, con las cuestiones sociales y culturales tal como pugnan por entrar en el imaginario social.

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