Casi como una clase de Análisis del Discurso

Hace más de un mes que no publico. Debo de ser uno de los bloggers más perezosos del ciberespacio académico. Seguramente esto se deba a la naturaleza híbrida que este blog tiene desde su nacimiento. No es un blog de cátedra pero tampoco un diario íntimo. Ni blog literario ni periodístico. Blog de profesor de comunicación: un modo de encontrarme con mis alumnos y con mis ex-alumnos. A pesar de su docilidad a las irrupciones de la vida, pareciera que cuando esta se presenta en bruto me cuesta más (y no menos) escribir en mi blog. Pero llega el momento en el que la escritura no se puede hacer esperar más. Nietzsche decía que escribía para liberar espacio en su cabeza. Y para airear el corazón, agregaría yo. "Si no canto lo que siento, dijo también, más cercano, Luis Alberto Spinetta, me voy a morir por dentro".

El jueves 11 se reencontraron en la Universidad Austral, unos doscientos graduados de la Facultad de Comunicación. Por unas tres horas aquello fue una arcadia de conversación entusiasta e intercambio inteligente. Muchos de esos profesionales están reinventando la comunicación argentina. Un panel reunió a Jack Smart, director de comunicación de Unilever, Teresa de Elizalde, editora de Sofía y Gonzalo Llorente, premiado publicitario, creador, por ejemplo del spot de Gran DT. Fue ahí donde un ex-alumno me dijo que leía de vez en cuando este blog y que era "casi como una clase de Análisis de Discurso". No sé si era un cumplido, pero si lo era le sobran algunas palabras. El blog pretende ser análisis del discurso en acto, en tiempo real, glosa de la vida. Y, tal vez así, ojala, una clase de para qué podría servir el análisis del discurso. Quedé como shockeado por la reunión. Poco tiempo para procesar tanta emoción. El sábado, estando yo en una fiesta familiar me enteré de que en la madrugada había muerte en un accidente de autos Francisco Iriarte, alumno de segundo año de Comunicación de la Austral.