domingo, 27 de julio de 2008

Rodin, Da Vinci y las marcas


Se pueden visitar dos muestras imponentes en el invierno porteño, alternativas para la trillada visita a la Rural, para colmo este año agrandada.

"La era de Rodin" se exhibe hasta septiembre en el Museo Nacional de Arte Decorativo. Más de 70 esculturas de Auguste Rodin (1840-1917) y de artistas contemporáneos a él, fundamentalmente pertenecientes a la colección del empresario mexicano Carlos Slim, el hombre más rico del mundo. Rodin, artista del siglo XIX, impresiona como si fuese un renacentista que, sin embargo, atraviesa los cuerpos de sus figuras humanas y de sus motivos míticos, de la expresividad, movimiento, contorción y padecimiento del que carecen algunas esculturas perfectas pero hieráticas de Miguel Ángel y su círculo. La muestra fue patrocinada por dos empresas mexicanas de telefonía Telmex y Claro y la Fundación Slim. Desde el punto de vista comunicacional, la idea del patrocinio es salir al encuentro de los públicos de la empresa en contextos alejados del consumo, como el arte, para asociar la marca con actividades que aporten cuotas generosas de sentido.

Hay varias esculturas de Rodin ignotas en nuestra siempre soprendente Buenos Aires. En el borde de la Plaza Congreso que da a Avenida de Mayo se puede apreciar un enorme pensador, en donde aún se transparenta la tensión sobre la cabeza de un brazo apoyado sobre la pierna firme, a pesar de las pintadas y los descuidos sufridos. Este inadvertido pensador ha sido testigo paradógico de muchas apasionadas instancias de nuestra inestable historia política. La votación de las retenciones, la más reciente.

Da Vinci El Genio es la otra muestra y está en Abasto Shopping, ese descomunal monumento a la hibridez posmoderna,y contiene las reproducciones de los bocetos y maquetas de Leonardo Da Vici , presentado ahí en su aspecto de anatomista, luthier e inventor en todos los terrenos: desde una bicicleta (aunque hay dudas de si realmente fue él el inventor) hasta un tanque de guerra. Se puede ver, además, un minucioso estudio de la reconstrucción de la Gioconda. Otro insólito cruce entre el arte y las marcas, Abasto Shopping se jacta de exhibir 230. La entrada es cara: $ 30.-

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