domingo, 20 de julio de 2008

La comunicación y todo esto que pasó en estos días


Poder simbólico. "¿Por dónde empezar?", se titulaba un texto de Roland Barthes que leíamos en la carrera de Letras. Desde la última entrada en Comprensión Discursiva cambió todo. Por suerte este blog se especializa en comunicación, aunque es muchísimo lo que se puede decir en esa materia también. Cada vez los gobiernos se dedican más a la fortificación del poder simbólico y menos a la gestión. En el increíbemente extenso conflicto del Gobierno con el campo, los Kirchner se ocuparon mucho más de discursos, movilizaciones y apriete a legisladores (hasta extremos que tardaremos un poco en conocer) que de pensarle soluciones técnicas al problema.

Manifestaciones. El calendario nos puede ayudar a organizar la exposición. Nunca en la historia argentina hubo dos concentraciones multitudinarias que se disputaran en simultáneo el dominio de la calle. En ese terreno era mucho lo que se jugaba Néstor Kirchner. El ex presidente le aseguraba a la Presidenta la continuidad en el control de la calle, condición necesaria -aunque no suficiente- para gobernar en la argentina posterior al 2001: D' Elía, Moyano, él mismo al frente del PJ eran los garantes. Uso deliberadamente el pretérito imperfecto. Los medios se ocuparon de mostrar que perdió, con inusual profesionalidad en la información y con mucha opinión (muchos medios hace ya rato que le están pasando factura de los K).

Metonimias. La movilización al Congreso y el discurso de Kirchner, que interpretó públicamente su sentido, consolidaban un enemigo inexistente: decir, por entonces, que la causa de la protesta del campo, de los intendentes, gobernadores y legisladores que se oponían a las retenciones, y de las más de 200 mil personas reunidas (por segunda vez) para apoyarla, era la causa de la oligarquía resultaba muy irritante, no tanto para la oligarquía (que sí existe) como para la mayoria de argentinos que pusieron en esta protesta su disconformidad con un gobierno autoritario, que no se ocupa de los problemas de la gente si no de pelear las guerras que él mismo declara. ¿Cómo es posible que ciertos intelectuales K puedan ver en ésta la lucha heroica de los pobres contra los poderosos? ¿Cómo es compatible ese idealismo con las prebendas de De Vido, los aprietes de Moreno, la agresividad de D'Elía, la acaparación de Moyano? ¿O es sólo una cuestión de malos medios para buenos fines? Por la intervención del INDEC no alcanzamos a conocer oficialmente la inflación, que perjudica a los pobres, ni cómo crece la pobreza, aunque lo sabemos a través de muchos y serios estudios. En definitiva, intelectuales K: ¿no es el poder el poderoso?

Discursos. El caso mediático de la votación del proyecto de retenciones fue como la contracara del caso de los sobornos en el Senado: de vuelta vimos de cerca al Congreso, pero esta vez con asistencia perfecta y algunos discursos que se asomaron al fondo del problemas interior vs Buenos Aires (que es el conficto estructural que se juega bajo el ropaje coyuntural de la pelea entre el Gobierno y el campo). La gente siguió las alternativas por los diarios "on line" y las señales informativas de TV (Argentina tiene el record de cinco canales de 24 horas de noticias, lo cual habla de la afición por las noticias de los argentinos así como de la inestabilidad del país, que para las empresas informativas es un factor positivo). Muchos se quedaron hasta las 4.30 de la mañana para asitir en directo al épico desempate de Cobos.

Silencio. Correlativos del silencio de la Presidenta se sucedieron las conversación de la gente sobre el tema y los comentarios periodísticos (no muchos con algo interesante para decir, pero algunos de los que sí están colgados arriba). En ocasiones como esta los medios le ofrecen a la gente la harina con la que ella amasa su consenso. Un consenso cada vez más alejado de este poder que se resquebraja.

Profecía. Por más que Lilita Carrió confié en las dotes de Ave Fénix de la Presidenta, ella no puede prescindir de Néstor. Ella es muy parecida él (en su primer discurso luego de la derrota, habló en plural). Ambos sólo son lo que llevamos viendo desde hace cinco años.

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