El viernes 5 de noviembre se recibieron otros 63 licenciados en comunicación de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Sigue parte de mi discurso:
Una de las capacidades que requiere una profesión tan versátil y tan ligada al cambio y a la relación con las personas es la comprensión. Comprensión es noción de ricas consecuencias semánticas. La complementariedad entre las distintas acepciones de esta palabra ya nos enseña algo importante sobre su contenido. Efectivamente, el Diccionario de la Real Academia Española recoge cuatro definiciones del verbo “comprender” (tal como lo consigna una leyenda de mi blog): 1) Abrazar, ceñir, rodear por todas partes una cosa. 2) Contener, incluir en sí alguna cosa. 3) Entender, alcanzar, penetrar. 4) Encontrar justificados o naturales los actos o sentimientos de otro. Como se ve, en este elenco alterna la comprensión emocional o cordial con la comprensión intelectual o cognitiva. Lo interesante es pensar estas dos capacidades como simultáneas, en estéreo. Es más fácil de entender lo que hace o dice una persona que amamos, así como es más fácil simpatizar con lo que nos resulta inteligible e inteligente.
La comunicación y la comprensión viven en casas linderas. El profesional de la comunicación debe ser un experto en comprensión. Según Niklas Luhmann el interés por la comunicación empieza con la pregunta: “¿por qué alguien debe centrar su atención sobre el acto de comunicación de otro, intentar comprenderlo y orientar su comportamiento con la información comunicada, aun siendo libre para desdeñar todo eso?” Hay personas, en las organizaciones y en las familias, que no tienen ningún interés por el punto de vista del otro, sea porque les parece irrelevante, sea porque padecen una reconcentración sobre sí mismos casi patológica. Hay personas a las que les tienen sin cuidado los efectos que producen sus palabras, sus murmuraciones o sus sarcasmos por ejemplo: no consideran importante adecuarse a ningún auditorio. Y eso puede sucederles a personas nada tímidas, incluso locuaces. Según David Le Bretón para el locuaz el grupo interlocutor es prescindible, le resulta indiferente porque su discurso habitualmente es sólo una afirmación de sí mismo. Como habla tanto no tiene tiempo de escuchar. Por eso el orgulloso, el egoísta, el murmurador, el sarcástico, el locuaz no suelen ser buenos en materia de comprensión.
El comunicador no puede no esforzarse por comprender. Su ocupación es el otro. No es sólo una cuestión ética la que está en juego aquí si no una cuestión intelectual, de competencia profesional. Hablamos al mismo tiempo de la comprensión afectiva y cognitiva. Hace falta saber para saber comprender. Hace falta ejercitarse en virtudes intelectuales además de morales.
Tanto los que trabajen en el sector corporativo como quienes lo hagan en contenidos tendrán que comprender a sus diversos públicos, que son audiencias, clientes, grupos de interés o identidades sociales, según sea el enfoque con que se los analice. Para Irene Vasilachis comprender, que es el objetivo de la investigación en comunicación, es tanto como poder contestarse por qué alguien se sintió justificado para hacer determinadas afirmaciones como si fueran ciertas y para reconocer determinados valores como si fueran justos, y para expresar determinadas vivencias como si fueran auténticas. Es decir captar el punto de vista de ese actor, meterse mentalmente en su mundo de la vida para percibir la realidad, a los otros y a sí mismo, como él los percibe. Ver el mundo desde los ojos del otro. La pregunta por la comprensión es la pregunta por el porqué. Y preguntarse por qué alguien dijo algo es mucho más interesante que preguntar que dijo, requiere de personas más competentes en la interacción. En mis clases suelo completar esta explicación agregando que comprender no es lo mismo que justificar. El mal no se puede justificar nunca aunque siempre se pueda comprender a quien lo ejerce.
Esto ya lo sabían los primeros investigadores que pusieron en cuestión el modelo lineal de la comunicación, el cual sólo se interesaba por el flujo de datos desde el emisor hasta el receptor, como hoy las métricas de Internet. Enseguida se agregó al estudio del proceso de comunicación el problema de la interpretación del significado de los mensajes, es decir el problema de la comprensión. En el contexto actual en el que los soportes y canales se han multiplicado exponencialmente a través de los nuevos medios, las redes sociales, los dispositivos móviles, etc. debemos investigar y conversar más aún, esforzarnos más que nunca por comprender.
De manera que alcanzar la percepción que el otro tiene respecto de los temas es un logro esperable de un profesional de la comunicación formado en la Universidad Austral. La comprensión no tiene nada que ver con la aceptación pasiva y apática de cualquier posición que se esconde detrás del valor “light” de la tolerancia en la cultura relativista. Esa coexistencia de pautas de comportamiento contradictorias entre sí no es el resultado de ningún esfuerzo por comprender, es más bien una yuxtaposición de dogmatismos. Cada cual queda encerrado dentro del cerco de sus propios axiomas desinteresado por los porqués de los demás que no le afectan y sobre los que no tiene nada para decir.
Distinto es el caso de quien intenta comprender desde unos principios asentados, no compartidos por el otro. Las conductas contrarias a mi sistema de valores me afectan y por eso mismo hago el esfuerzo por entender de dónde emanan. Cómo voy a convencer, ayudar, ofrecer sentido, si no conozco el idioma de mi interlocutor, si no hago ningún esfuerzo por compartir con él marcos de intelección. Ajustes de este tipo debemos hacer todos, todos los días, cuando conversamos hombres y mujeres, adultos y jóvenes, personas de diversas ideologías, niveles culturales, creencias. Esto es lo contrario del relativismo, es la virtud intelectual y moral de la comprensión que los graduados de FC tienen que insuflar con generosidad en sus lugares de trabajo y en su vida cotidiana.
Hola Damian!
ResponderBorrarEstuve en el Seminario que dictaste el Martes pasado en el CMD, ¡sos un capo!
Un gusto escucharte.
Hice una pequeña reseña en mi blog, acá te paso el link por si querés echarle un vistazo.
Saludos y espero verte nuevamente!
meme guaia
http://memeguaia.blogspot.com/2010/11/2-parte-del-seminario-de-comunicacion.html
Muchas gracias, por tu impresión de mi clase y por la reseña en tu blog (¡que está muy bueno!)Saludos,
ResponderBorrarDamián