
Si se tiene en cuenta que las clases son sólo una parte, y no la más importante, de nuestro esfuerzo por difundir las ideas que pensamos, a la que se agregan las publicaciones científicas y periodísticas, amén de las conferencias y los informes técnicos, etc. resulta que los académicos (sobre todo los de comunicación) hace rato que estamos moviéndonos por diversos géneros, registros, estilos tanto orales como escritos. Que las nuevas formas no le hagan perder densidad al contenido, que no obturen el debate es el desafío. Que antes de decirlo eficazmente haya algo interesante para decir.
Cuelgo dos textos multimediales: un artículo que confeccioné originalmente en 1996 para una revista cultural que editaba entonces Fernando Díaz Gallinal, el mismo que lo publicó en su sitio de gran calidad Las Horas del día. Es sobre las utopías y está bellamente ilustrado (con un formato más de revista en papel que de web: otro cruce de medios). El otro es un videíto de una clase de cinco minutos que me pidió la gente de comunicación de mi facultad para el canal de la Universidad Austral en YouTube y en Post, el blog de los graduados.
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