domingo, 27 de junio de 2010

La carretera y el sentido de un post

El jueves se estrenó La carretera con Viggo Mortensen, película sobre la relación entre un padre y un hijo pequeño, en un desolado mundo post guerra nuclear. Últimamente recomendé mucho la novela de Cormac Mc Carthy, premio Pulitzer, en la que está basado el film. Creo que es lo mejor que leí en los últimos cinco años. Llegué hasta ahí por Flannery O´Connor y Truman Capote. Mc Carthy es también el autor de Sin lugar para los débiles, que llevaron al cine los hermanos Coen, con lo que levantaron el Oscar a la mejor película de 2008. John Hillcoat, el director de The Road, sin embargo, es mucho más respetuoso que los Coen en la adaptación. En una edificante entrevista, Joe Penhall, el guionista del film, alude a la fidelidad de la transposición del texto de la novela a la pantalla. Cuenta que Mc Carthy vio una primera versión de la película y, a diferencia de lo que le había pasado con Sin lugar para los débiles, ésta le gustó. Aparentemente Hillcoat había cortado un dialogo de los más emocionantes de la película: "¿Qué harías si yo muriera?" le pregunta el niño a su padre. "Quisiera morir yo también", contesta el padre. "Este intercambio", afirmó McCarthy en el avant premiere, con modestia, "es importante". Sin dudas. A mi, sin embargo, la línea del guión que más me gustó es aquella en la que el niño se resiste a dejar desnudo y sin comida a un hombre que intentó robarles, por lo que el padre se enoja con él diciéndole que no debe ocuparse de todos. Y el niño retruca: "I am the one". Yo soy ese. Soy el otro. A pesar de los peligros que asolan a estos frágiles sobrevivientes, el niño está seguro de que la supervivencia de la humanidad depende del cuidado que unos seres humanos tengan por otros. Y ese amor lo aprendió de su padre, que está dispuesto a morir varias veces por él. Con respeto me gustaría repetir aquí lo que he dicho en un panel esta semana. En el debate por la ley de matrimonio homosexual no está en juego la cuestión homosexual si no el matrimonio, en la medida en que son pocos los beneficios que pueden agregar los gay con el matrimonio que no puedan ya conseguir por fuera de esa institución y, en cambio, son muchas las libertades que pueden perder cuando abren las puertas para que el Estado avance sobre su orientación sexual. La figura de los padres -el amor del padre- a través de la cual se transmite el mandato de preservación de la especie y de anteponer el amor a los semejantes a cualquier deseo individual, creo yo que quedará dañada. He aquí un ejemplo, en mi opinión, de la operatoria de un post, sobre lo que recientemente le escribí a mis alumnos en otro blog. Atravesar en un mismo texto los planos públicos y privados, la actualidad y lo que persiste.

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