Muntadas y los medios

El poder de los medios de comunicación y la ritualización de los eventos es el hilo conductor que conecta las diversas obras del artista catalán Antoní Muntadas (1942), hoy residente en New York, que se exhiben en Buenos Aires. Se trata de un "survey" de fotos, posters, instalaciones, videos, intervenciones de distintas épocas del autor, el cual congrega algunas de sus preocupaciones recurrentes. En el Espacio de Fundación Telefónica los medios aparecen señalados en la exposición de Muntadas como un dispositivo que transforma la religión, como se deja ver en "The Board Room" de 1987, una instalación que recrea, en una sala a oscuras, una mesa de reunión de 13 autoridades de una institución (el número alude a la Última Cena). En las paredes perimetrales cuelgan trece cuadros de líderes religiosos con pequeñas pantallas en sus bocas, desde donde se emiten sus intervenciones mediáticas. La implícita denuncia a estas expresiones religiosas, entonces, no tiene que ver tanto con los credos o con los líderes como con la mediatización. La censura de los medios y la desigualdad en el acceso a las tecnologías de la comunicación son temas de otras de las varias instalaciones ("The File Room", 1994 y "On translation: la mesa de negociación", 1998-2005) que se pueden ver en Arenales 1540, de martes a domingo de 14 a 20.30 hasta el 2 de septiembre. En el Centro Cultural Recoleta Stadium XIII, que se puede visitar hasta el 5 de agosto, tematiza esos lugares a un tiempo de ceremonia y de coacción en que han devenido los estadios, construcciones protagonistas de la cultura de masas comporánea, que, como los medios, controlan el significado de las prácticas culturales que tienen allí su escenario. Es una obra poderosa compuesta por una arena, rodeada, en una primera hilera, de columnas y, en una segunda, de fotos y de pantallas gigantes que transmiten imágenes de eventos ocurridos en famosos estadios. Cita a la teoría de los acontecimientos mediáticos de Katz y Dayan. La exhibición se completa con afiches en el Centro Cultural de España en Buenos Aires, hasta el 18 de agosto. El arte, una vez más, es el encargado de provocarnos el extrañamiento de aquello que nos resulta evidente, como los medios de comunicación que, de tan vistos, se nos tornan invisibles.