La recaída

Tengo una cohartada. Estuve con gripe. Cuatro días enteros en cama, con temperaturas que llegaron a los 39. De acuerdo con el médico de la obra social que se llegó hasta mi domicilio se trataría de una recaída. Efectivamente, dos semanas antes había estado durmiendo dos días enteros -como Isidoro-, pero la cura de sueño fue insuficiente, me levanté demasiado pronto y recaí en la recaída. Y las recaídas, dicen las abuelas, son peores. Fue esta una de las semana de más resonadas recaídas políticas. Filmus que desacertó todo su discurso de campaña terminó peor de lo que empezó recayendo en la vulgaridad al omitir el nombre de Macri y al aseverar que a él lo votó el 40 % pensante del electorado porteño, algo que da casi tanta vergüenza de glosar desde aquí como la opinión del "filósofo" K, J. P. Feinmann, quien aseguró que la clase media porteña es fascista, recayendo en una de sus poco filosóficas diatribas. Pero, lo que en realidad quería recuperar en este post era la nota de opinión que Página 12 le publicó, como réplica, a Daniel Filmus. Si el discurso político siempre se elabora sobre la falsilla de los discurso adversarios que se quiere destruir, el texto de Filmus es ejemplo de uno de los tipos de intertextualidad a los que el discurso político puede apelar para deshacer los argumentos de su adversario que en este caso es la ironía. La ironía de un intelectual kirchnerista hacia los paralogismos de otro intelectual kirchnerista. Sólo esta columna lo salvó de ganarle en falta de grandeza al propio Presidente que por estos días recibió, incluso con educación, a Fabiana Ríos y a Mauricio Macri, sus triunfantes opositores de Tierra del Fuego y Buenos Aires. Me despido con el texto de Cortázar "Me caigo y me levanto" que habla de las recaídas desde ese punto en el que el lenguaje de la literatura es todo lo contrario del lenguaje de la política, y añado el link a una página en donde se puede escuchar el texto leído por su inconfundible voz